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Por Carolina Egaña L. ∗

«Nada es tan frecuente ni tan natural en los que pretenden revelar al mundo una novedad cualquiera en la filosofía y las ciencias que insinuar las alabanzas de su propio sistema censurando todos aquellos que han sido producido antes».
Tratado de la Naturaleza Humana (1739).
David Hume

El panorama del último siglo respecto a las relaciones entre filosofía analítica y fenomenología puede resumirse aludiendo a dos breves citas. La primera corresponde al filósofo francés Jean-Luc Marion, quien en una de sus publicaciones asegura que “de una manera esencial, la fenomenología asume en nuestro siglo el papel mismo de la filosofía”1, y la segunda, otorgada por el filósofo alemán Thomas Metzinger, donde proclamaba que la fenomenología es «un programa de investigación desacreditado (…) una bancarrota intelectual durante al menos 50 años» 2.

Sabemos, respondiendo de cierto modo a la primera cita, que la fenomenología ha sido una de las principales corrientes de pensamiento de Europa y Occidente y que por tanto ha atraído a algunas de las mejores mentes a sus filas. También que ha mantenido su vigencia al involucrarse con otras corrientes filosóficas contemporáneas que van desde el neokantismo —con Cassirer y Nartop—, el hegelianismo —Gadamer, Marcuse— hasta el estructuralismo, entre otros.

Sin duda hay muchos otros atributos que incorporar aquí y claramente algunos conocedores de la fenomenología podrán tener otras múltiples razones para apoyar el argumento del filósofo francés. Sin embargo, todo parece indicar que hay más participantes en el podio de donde se sitúa la fenomenología.

La tradición de la filosofía analítica, por su lado, también reclama ser la corriente de pensamiento dominante del siglo XX, y en concordancia con las aseveraciones del filósofo alemán en la segunda cita, un sector importante de dicha tradición aseguraría que ésta sería la única forma seria de hacer filosofía.

Lo cierto es que ambas tradiciones han permanecido en un estado de mutua ignorancia y de hostilidad. Desde la perspectiva analítica tradicional, la fenomenología suele ser reconocida como históricamente influyente, pero se le critica por ser excepcionalmente difícil, densa y escrita en una jerga opaca.

Por otro lado, la fenomenología no parece desmentir que está demasiado ocupada en traducir el inmenso legado de Husserl, lo que no le permitiría mirar más allá de su propia tradición filosófica.

Podríamos decir que ambas tradiciones se encuentran en un estado de guerra fría.

El filósofo irlandés Dermot Morán ha escrito múltiples artículos que dan cuenta de este escenario. Por ejemplo, ha señalado cómo en grandes estudios de la historia de la lógica, como el clásico libro El desarrollo de la lógica3 de William Kneale y Martha Kneale, los autores incluyeron largos capítulos dedicados a Frege, pero omitieron radicalmente, aún en una nota a pie de página, a las Investigaciones Lógicas de Husserl, hecho que parece curioso dado que algunos análisis históricos han demostrado que hubo una fluida comunicación entre Willian Kneale y Husserl (éste lo visitó en Friburgo allá por 19284).

Por otro lado, desde la vereda fenomenológica, en el ámbito de los estudios de la mente, también hay fenomenólogos que pueden perfectamente escribir profusas obras sobre la conciencia y el cuerpo pero no mencionan ni en lo más mínimo los desarrollos recientes en la filosofía de la mente o la ciencia cognitiva.

Signos alentadores

Ahora, si abandonamos las divisiones por un momento y tratamos de evitar ver a estas tradiciones filosóficas como “rivales”, notaremos que también hay signos alentadores de cooperación entre ambas.

Por ejemplo: Bernard Williams trabajó sobre la filosofía moral de Nietzsche5; John Rawls tuvo un interesante debate con la postura de Habermas respecto al liberalismo político6; y Hilary Putnam reconoció la importancia del análisis de Husserl en la transformación efectuada por la ciencia moderna7.

Otros, incluso, incorporaron en sus análisis a Hegel, el anticristo de los filósofos analíticos, sin por ello dejar de pertenecer a la tradición de la que se dicen son parte, esto es, la filosofía analítica.

En tanto en la arista fenomenológica, tenemos algunos candidatos que han demostrado comunicación con la filosofía analítica, como Paul Ricoeur, quien discutió las teorías de Donald Davidson y David Woodruff —autor que ha sido fundamental en la confección de este artículo— e hizo un gran esfuerzo al explicar la intencionalidad husserliana de una manera compatible con la filosofía analítica8.

De cualquier modo, pareciese ser que los fenomenólogos no presentan una apertura mayor, y eso puede deberse, en gran medida, a que se dedican mayoritariamente a llegar a un acuerdo respecto del enorme legado que dejó Husserl, a interpretar y comprender los escritos de este filósofo pero dentro de su propia tradición.

Orígenes comunes

Aunque los filósofos que ven entre estas tradiciones una división insalvable encuentren que estos episodios de colaboración no son más que eventos anecdóticos dentro de la historia de la filosofía, creo necesario continuar con la empresa investigativa y ahora identificar y trazar algunos orígenes comunes entre la tradición fenomenológica y la filosofía analítica.

Hemos visto que hay antecedentes de sobra respecto las diferencias que mantiene una tradición y otra. Sin embargo, poseo, gracias a los aportes de los filósofos Dan Zahavi, Dermot Moran y David Woodruff, la firme convicción de que ambas tradiciones poseen diversos orígenes comunes y que es preciso desmenuzar un poco la historia para identificarlos y dar cuenta con ello que quizás ya es hora de abandonar los límites entre ambas corrientes para dar cabida a una nueva tradición.

  1. La fenomenología tiene su origen hacia unos 100 años atrás con la publicación de las Investigaciones Lógicas de Edmund Husserl.La filosofía analítica, por su parte, tiene aproximadamente la misma edad y la misma proveniencia que la fenomenología en el pensamiento austro-germano. Sus orígenes provienen de la mano de Gottlob Frege —otros dirán que con Hume o incluso Aristóteles— y fue desarrollado en Alemania por Wittgenstein, Carnap y el Círculo de Viena. Una corriente separada surge en Gran Bretaña con el trabajo de Bertrand Russell, que fue influenciado por Frege y el francés Louis Couturat.
  2. Tanto Husserl como el Círculo de Viena emanaron de una cierta concepción de filosofía y ciencia que se puede encontrar en Franz Brentano y en Ernst Mach.
  3. La situación política no fue indiferente para ninguna de las dos tradiciones. El nazismo se encargó de desplazar a fenomenólogos y analíticos por igual. Por lo tanto, ambas tradiciones, en una misma época, fueron desplazados hacia Estados Unidos u otros sectores, dando como resultado el éxodo de filósofos como Wittgenstein, Carnap, Feigl, Reichenbach y otros, quienes además aseguraron que las corrientes germano y angloparlantes se fusionaran en un solo torrente.Quine, por ejemplo, es el caso de un filósofo angloparlante que estuvo en contacto con el Círculo de Viena pero que continuó desarrollando la filosofía analítica en Estados Unidos y Gran Bretaña. En el caso de los fenomenólogos, cosa parecida.
    Hanna Arendt y Alfred Schutz, entre otros, emigraron hacia Estados Unidos, específicamente al Nuevo Colegio de Investigación Social de Nueva York, lo que por supuesto también tuvo un fuerte impacto en el pensamiento filosófico de aquel entonces en ese país.
  4. Otro origen común, o más bien, evidencia de comunicación, entre los filósofos de ambas tradiciones tiene que ver con que todos estos autores se leían y desafiaban entre ellos. Por ejemplo, Husserl mantenía una fluida correspondencia con Frege y con Bertrand Russel, que a su vez, también la tenía con Frege. William James mantenía correspondencia con Carl Stumpf, y en el círculo de Viena, mientras tanto, se informaban, al menos Carnap y Schlick, sobre la tradición fenomenológica para, finalmente, oponerse a ella.Carnap, sin ir más lejos, pasó un año en Friburgo asistiendo a los seminarios de Husserl, mientras bosquejaba su primera versión de la Construcción lógica del mundo. Quizás la disputa entre fenomenólogos y analíticos pueda ilustrarse de mejor manera con la polémica crítica de Carnap a Heidegger, cuando discutían respecto al significado de “La nada nadea” 9
  5. El hecho de que los autores representantes de ambas tradiciones filosóficas se hayan leído y criticado mutuamente tiene un origen común adicional y éste es que al ser corrientes principalmente europeas, en un inicio, ambas tienen cierta fidelidad hacia el “modernismo”10. Con esto quiero decir, que ambas se presentaron a sí mismas como formas atemporales o ahistóricas de hacer filosofía; ambas se presentan más como métodos que tradiciones que hayan sido esculpidas por la práctica o la historia.Husserl presentó la fenomenología como una manera de hacer filosofía de manera anti-tradicional, criticando las formas tradicionales en que se que se llevaban a cabo los desarrollos filosóficos, tal como se puede ver en su sexta investigación lógica, mientras que Russell, por su parte, creía que la filosofía debía dejar de ser enseñada bajo el manto de los clásicos y debía realizarse de cara a la ciencia.
    Ambas tradiciones, en conclusión, buscaban invocar el rigor científico en la filosofía y desplazar la tradición con sus “seudoproblemas”11. Como vimos en la discusión de Carnap y Heidegger, los analíticos también buscaban eliminar las formas metafísicas de filosofar catalogándolas como sin sentido, “engañadas por la gramática”.
  6. Un elemento común importante es la reacción de parte de ambas tradiciones respecto de los excesos del idealismo especulativo hegeliano. Husserl, por su parte, reclamaba que era hora de “volver a las cosas mismas” y ambas partes creían necesario confrontar los temas directamente.
  7. Otras cuestiones que podemos trazar —y en las que no profundizaré mayormente— tienen relación con que en ambas tradiciones se quería clarificar la naturaleza de la investigación filosófica y determinar los límites de la explicación racional; ambas apelaron al a priori, tratando de especificarlo de manera más profunda que Kant.De hecho, tanto Frege como Husserl afirmaron explícitamente que estaban agudizando la concepción de Kant de a priori. Frege, Wittgenstein y Husserl entendían la filosofía como un tipo de disciplina a priori.
  8. Por último, en ambas tradiciones intentaron caracterizar la naturaleza de la filosofía misma. Wittgenstein y Husserl compartían la misma visión de la filosofía como un trabajo de descripción llevados a cabo en reflexión.Wittgenstein decía que la filosofía es esencialmente descriptiva y “deja todo como está”, mientras que Husserl concebía su fenomenología como aquella que era esencialmente una ciencia aclaratoria y que permitía a otras ciencias progresar más allá de sus presunciones.

Vemos que a medida que ambas tradiciones fueron abriéndose camino, en ciertos autores se desarrollaban algunos puntos de acercamiento, aunque claramente limitados. Husserl, por un lado, había sido abordado por los analíticos reconociendo su compromiso con el rigor científico y su desconfianza con la tradición que lo precedía.

La actitud de Richard Rorty

Dedico una sección especial a Rorty por la sencilla razón de que constituye un ejemplo de cómo un filósofo entrenado en la tradición analítica puede buscar ideas en Husserl y Heidegger sin ver aquello como algo contradictorio.

Esto queda de manifiesto en su obra Filosofía y el espejo de la naturaleza, en donde se desembaraza de las divisiones entre la tradición analítica y fenomenológica y en su reemplazo utiliza la noción de “filosofía sistemática” y “filosofía edificante”. 12

“La distinción entre filósofos sistemáticos y edificantes no es la misma que la distinción entre filósofos normales y filósofos revolucionarios. Esta última distinción pondría a Husserl, Russell, el segundo Wittgenstein y el segundo Heidegger en el mismo lado de la línea divisoria (el de los revolucionarios)”. 13

La filosofía sistemática aspira a la verdad mientras que la edificante aspira más bien a la formación educacional, lo que Gadamer llama Bildung. Los filósofos sistemáticos como Husserl y Russell se caracterizan por estar bastante seguros de sus prácticas y del modo en cómo la comunican. Heidegger y Wittgenstein, en tanto, por problematizar todo el quehacer tradicional de la filosofía y el pensamiento. Son, todos ellos, por tanto, revolucionarios.

Evidentemente este análisis exige de mayor profundidad y análisis. Es más, debiese constituir una investigación exclusiva en cuanto a cómo las distinciones de Rorty pueden ofrecer una superación a la división entre filosofía analítica y fenomenología.14 Lo importante aquí es identificar esta nueva clase de distinción filosófica entre los representantes más importantes de cada tradición por sus contribuciones a la cultura y al pensamiento humano.

Vemos cómo una nueva tradición puede emerger que sea capaz de dividir a las corrientes intelectuales en formas bastante diferentes.

Este artículo es un resumen de la primera parte de una investigación mayor. En las siguientes etapas, en caso de que se solicite por parte de los lectores, nos situaremos en una escena más contemporánea e identificaremos nuevos antecedentes que confirmarían nuestra primera hipótesis: que ambas tradiciones se requieren mutuamente para poder lograr avances sustantivos y nuevamente, à la Rorty, revolucionarios. También veremos cómo en el estudio de la filosofía de la mente se evidencia la necesidad por reincorporar a la fenomenología en lo que antes pertenecía al dominio casi exclusivo de la filosofía analítica.

“En épocas más recientes, parte de la filosofía analítica de la mente ha redescubierto a la fenomenología, abordando temas como la representación mental, intencionalidad, conciencia, experiencia sensorial, contenido intencional y contexto de pensamiento. Por un lado algunos filósofos han recordado a William James y Franz Brentano, en los orígenes de la psicología moderna, mientras que, por otro lado, hay filósofos que más bien miran hacia la investigación empírica de la neurociencia cognitiva actual. 15 Hoy, investigadores más avezados ya han comenzado a combinar los problemas fenomenológicos con los problemas de la neurociencia y el estudio de la conducta y el modelado matemático, lo cual no debiese sorprendernos, ya que debería ser obvio que la fenomenología tiene mucho que decir en el área llamada filosofía de la mente. 16 (…) “

Carolina Egaña Larenas es candidata a magíster en Filosofía de las Ciencias de la Universidad de Santiago de Chile. Diseñadora con estudios en estética y diplomada en estética y filosofía de la Universidad Católica de Chile. Se ha dedicado a la creación de programas y cursos de ciencia, tecnología, arte visuales y nuevos medios realizados en lugares como el Programa para talentos Académicos PENTAUC de la Pontificia Universidad Católica de Chile y en diversos establecimientos educacionales.

Referencias

Flores, L. (1982). La fenomenología de Husserl: principios metodológicos y teóricos.

Ferrater Mora, J. (1941). Diccionario de filosofía. México, D. F.: Atlante.

Husserl, E. (1979). Meditaciones cartesianas (Trad. Mario A. Presas). Madrid: Paulinas.

Husserl, E. (2002). Renovación del hombre y de la cultura. (Trad. Serrano de Haro). Barcelona: Anthropos.

Husserl, E. (2005). Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica (2da. edición) (Trad. Antonio Zirión Q.) México, D. F.: Fondo de Cultura Económica.

Husserl, E. (2012). La idea de la fenomenología de Edmond Husserl (Trad. Jesús Adrián Escudero). Barcelona: Herder.

Husserl, E. (1931). Fenomenología y Antropología. En: Anuario de Filosofía Jurídica y Social. No3. 1985. Sociedad Chilena de Filosofía Jurídica y Social. (Trad. Raúl Velozo)

Nagel T (1974) “¿Qué se siente ser murciélago?”, en ensayos sobre la vida humana. México, FCE,

Ricoeur, P [1992] Introducción a ‘Ideas I’ de Edmundo Husserl. Traducción y notas de Raúl Velozo del libro Idées directrices pour une phénoménologie. Gallimard. Paris.

Rizzolatti, G (2006) Las neuronas espejo: los mecanismos de la empatía emocional. Barcelona: Paidos

Szilasi, Wilhelm. (1973) introducción a la fenomenología de Husserl. Amorrortu

Zahavi, D Gallagher, Shaun (2013) La mente fenomenológica. Barcelona:Alianza.

Zahavi, D(2003) Husserl’s Phenomenology. Standford University Press

1 Jean-Luc Marion, Reduction and Givenness: Investigations of Husserl Heidegger and Phenomenologv (Evanston, IL: Northwestern University Press, 1998).

2 Journal of Consciousness Studies (1997). Editorial, 4/5-6, 385-388.

3 W. C. Kneale and M. Kneale, The Development of Logic (Oxford: Clarendon Press, 1962).

4 Hecho descrito en Karl Schumann, Husserl-Chronik: Denk- und Lebensweg Edmund Husserls (The Hague: Martinus Nijhoff, 1977), 332, 334.

5 Williams, Bernard (1993). Nietzsche’s Minimalist Moral Psychology. European Journal of Philosophy

6 Habermas, Jurgen, Rawls John (1998) Debate sobre el liberalismo político. Paidos.

7 «[Putnam] has acknowledged the importance of Husserl’s analysis of the transformation effected by modern sciencia in distinguishing between primary and secondary qualities and thereby transforming the modern conception of the world. Putnam ackonwledges Husserl’s conception of the life-world as important for articulating his own attempt to overcome the false dichotomy Putnam has diagnosed in contemporary philosopy between the furniture of the universe on the second hand, and our projections, on the other.» Ver más en Moran, Demot Husserl, Edmund (2012). Husserl’s crisis of the european sciences and transcendental phenomenology: An introduction. Cambridge University Press.

8 Ver más en David Woodruff Smith and Ronald McIntyre, Husserl and Intentionality: A Study of Mind, Meaning, and Language (Dordrecht:Reidel, 1982), and Dagfinn Follesdal, Husserl’s Notion of Noema, Journal of Philosophy 66 (1969), 680-87.

9 Das Nichts nichtet. “Así, la conocida expresión de Heidegger ‘la nada nadea’, similar en su estructura a ‘el pintor pinta’. Pero mientras esta última es controlable y verificable, no lo es la «nada» ni, por tanto, el ‘nadear’. La metafísica tradicional es, según Carnap, pura concepción poética obediente a las actitudes emotivas de la persona frente al mundo y frente a la vida. Y nadie pregunta sobre la verdad de una poesía, sino sobre su belleza o logros estéticos». Muñoz, Vicente (1989) Introducción a la filosofía del lenguaje, Barcelona : Anthropos.

10 John Skorupski afirma que la filosofía analítica y la fenomenología «son parte integrante de la sensibilidad moderna y pensamiento» y que la «división entre los dos es realmente una división dentro del modernismo». English Language Philosophy 750-1945 (Oxford: Oxford University Press)

11 Scheinprobleme, un término empleado tanto por Heidegger y Carnap para desacreditar ciertas formas de cuestionamiento tradicional.

12 Ver más en David Woodruff Smith (2013) The Role of Phenomenology in Analytic Philosophy. The Oxford Handbook of The History of Analytic Philosophy.

13 Richard Rorty, La filosofía y el espejo de la naturaleza. Madrid, Cátedra, 1983.

14 Este problema de investigación me parece bastante interesante, sin duda en las lecturas de Rorty podríamos encontrar algunas actitudes que debiésemos rescatar en la empresa de buscar una nueva tradición distinta a las divisorias.

15 Ver más en Smith, David Woodruff, «Phenomenology«, The Stanford Encyclopedia of Philosophy (Winter 2016 Edition), Edward N. Zalta (ed.)

16 Íbid.

 

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2 COMENTARIOS

  1. El artículo no tiene en cuenta a la filosofía científica de Bunge. La filosofía científica es la única que hace ciencia. Bunge elaboró la filosofía más importante de toda la historia de la filosofía. El resto son todos charlatanes!! La autora debería leer a Bunge en vez de ocuparse de pseudo problemas y pseudo ciencias.

  2. La cita de Hume hace referencia precisamente al comentario de más arriba. Se nota que no ha perdido vigencia. ¿es posible que haya dicho que todos esos grandes filósofos, del peso de Husserl, son «charlatanes»? cuánta osadía. Probablemente Bunge no esté de acuerdo con usted.

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