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Por Alexandra Colucci Emery**

El interés de los estudiantes universitarios por la investigación se ve reflejado en el nivel de participación de los mismos en medios de alto impacto a nivel científico. Si bien la producción y publicación posterior de estudios científicos en Paraguay está aún en proceso de crecimiento, quienes hacen ciencia y se animan a dar conocer sus trabajos a nivel internacional, son en su mayoría profesionales ya recibidos.

Actualmente, los programas en la mayoría de las materias impartidas en las universidades ya incluye la realización de algún trabajo de investigación, ya sea descriptivo o experimental, con un puntaje establecido e incluso como un ítem obligatorio para aprobar.

En teoría esto debería ser un incentivo para que el alumno investigue, pero ¿realmente se cumple el objetivo? Si tomamos como ejemplo a la Universidad Nacional de Asunción, considerando la cantidad de materias que exigen la realización de trabajos de investigación y la cantidad de alumnos, la producción anual de trabajos científicos es inmensa en comparación a la cantidad de trabajos que llegan a publicarse.

¿Tienen los alumnos ganas de investigar cuando son obligados a hacerlo para aprobar la materia? Si no es así, ¿son conscientes del impacto que tiene a futuro la investigación en sus respectivos campos laborales? En general, este tipo de actividades son considerados por los estudiantes como “una carga” más que como una oportunidad de aprendizaje, y a la larga se busca simplemente cumplir con los requisitos para aprobar la materia más que realizar un trabajo correctamente elaborado.

Por otro lado, es necesario prestar atención a la calidad. Si tenemos estudiantes interesados, ¿cuentan con las herramientas y el asesoramiento necesarios para realizar trabajos en forma? Las revistas y medios de alto impacto científico mantienen su calidad gracias a las rigurosas normas que exigen cumplir a sus colaboradores. En la universidad, ¿se tiene en cuenta la calidad de los trabajos a la hora de aceptarlos o rechazarlos? Y si el trabajo es bueno, ¿por qué no hay interés en publicarlo? ¿Son conscientes los alumnos del impacto que tiene la divulgación de sus trabajos en sus carreras?

En nuestro medio contamos con numerosos talleres, seminarios, cursos, etc. que permiten capacitar a los interesados y que son difundidos por las innumerables redes sociales y medios de comunicación. Sin embargo, cuando se realizan estos eventos, ¿cuántos participantes son estudiantes? La mayoría de ellos son profesionales que acuden a estos llamados para actualizar sus conocimientos. Los afiches o carteles que informan acerca de estos eventos permanecen colgados en las paredes de las facultades como adornos sin generar siquiera el más mínimo interés en los jóvenes.

Podemos mencionar innumerables factores que influyen en esta situación: el acceso a herramientas adecuadas, fuentes bibliográficas validadas y de reconocimiento internacional, profesores capacitados que brinden la orientación necesaria a nivel académico y humano, que permitan potenciar el conocimiento adquirido en sus respectivas materias incentivando la investigación y sobre todo esa curiosidad infinita que finalmente es el motor de todo investigador.

Es necesario abrir espacios de capacitación orientados específicamente a estudiantes, buscar nexos con la población joven que se está iniciando en el campo de la investigación, utilizando métodos acordes a las características de este grupo enorme de potenciales divulgadores de la ciencia que está en permanente contacto con el mundo exterior a través de un click, un “me gusta” o un retuit, a través de medios interactivos y audiovisuales, no a través de carteles o afiches acumulados en las paredes de las bibliotecas de sus universidades.

Se debe fomentar la investigación teniendo en cuenta que hoy en día explicar el método científico leyendo diapositivas por horas a un auditorio lleno de jóvenes no es un método de enseñanza y mucho menos de incentivo. Es necesario involucrar a los estudiantes en el proceso y para eso es necesario contar con docentes capacitados.

Por último, incentivar la publicación de los trabajos como fin último de toda investigación. Actualmente las herramientas disponibles para dar a conocer los trabajos son innumerables y están al alcance de todos.

Es necesario animar a los estudiantes desde sus inicios a perder el miedo a contar sus ideas y propuestas y orientarlos a elaborar correctamente el proceso de investigación completo. Es decir, desde la elección de ese tema que les llama la atención, les da curiosidad, los experimentos y errores necesarios para llegar al producto final, la creatividad a la hora de solucionar los inconvenientes que surjan por el camino, hasta su presentación final a la sociedad científica y, por qué no, la población en general.

∗Artículo que obtuvo una mención entre los trabajos presentados en el I Seminario de Comunicación Científica Digital de Asincyt y Ciencia del Sur.

Alexandra Colucci Emery es estudiante de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción.

 

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1 COMENTARIO

  1. Muy interesante artículo. Para incentivar a los alumnos en el proceso de investigación se requiere que quien orienta sea un investigador. En muchas universidades nacionales los profesores, cuyas materias exigen realizar trabajos de investigación, nunca lo han hecho por sí mismos, así que es muy difícil transmitir experiencia de un proceso que no se conoce y por lo tanto en lugar de ser motivante participar, simplemente se convierte en una pesadilla de la cual se quiere salir rápido. Investigar no es cuestión de repetir lo que está en los libros, es un ejercicio complejo que requiere de mucha lectura y discusión y eso sólo se logra en un ambiente donde asistir todos los días sea un placer y no una obligación.

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